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Los expertos se basan en métodos utilizados durante brotes anteriores para combatir la pandemia

Written By: Robert Cahill, UT Physicians | Updated: April 29, 2020
COVID-19 strain

Experts are gleaning insights from previous pandemics to figure out who best to navigate COVID-19.

Las tareas del Dr. Luis Ostrosky, como integrante clave del equipo de respuesta a la pandemia de UT Physicians, incluyen mantenerse alerta a los brotes de enfermedades infecciosas y, a fines del año pasado, el mortal coronavirus (causante de la COVID-19) apareció en su radar.

Luis Z. Ostrosky, MD
Luis Z. Ostrosky, MD

“Monitoreamos y hacemos simulacros de estos brotes y pudimos activar los procedimientos que ya teníamos implementados”, explicó Ostrosky, quien también cumple una función esencial en los planes de respuesta a la pandemia para UTHealth. UT Physicians es el consultorio clínico de McGovern Medical School en UTHealth.

Las enfermedades infecciosas siguen siendo una causa principal de muerte en todo el mundo, pese al enorme avance logrado en el desarrollo de vacunas y antibióticos. Estas enfermedades infecciosas potencialmente mortales incluyen infecciones de las vías respiratorias inferiores agudas, VIH/SIDA, enfermedades diarreicas, malaria y tuberculosis.

Para que una infección se considere una pandemia, debe ser una enfermedad de las primeras en su tipo y debe propagarse por todo el mundo. Los médicos tienen una especial preocupación por los virus que se transmiten de los animales a los seres humanos, como el virus causante de la COVID-19.

“Los animales tienen muchos virus y, muchas veces, esos virus no afectan al animal”, explica el Dr. Joseph McCormick, profesor con el título James H. Steele, DVM de la UTHealth School of Public Health de Brownsville. “El problema ocurre cuando el virus se transmite a personas que no tienen las defensas para combatirlo”.

Las pandemias/epidemias recientes han estado vinculadas a animales. Por ejemplo, la epidemia del SARS 2003, que está estrechamente relacionada con el coronavirus actual, se cree que fue causada por los murciélagos. La pandemia de la H1N1 2009 se asoció a los cerdos, la epidemia del MERS 2012, a los camellos y la epidemia del Ébola 2014, también a los murciélagos.

Otra similitud entre estas pandemias/epidemias es que fueron causadas por virus, que pueden convertir a las células sanas en máquinas productoras de virus.

“El SARS fue el primer gran llamado de atención del siglo XXI”, expresó McCormick. “La mortal gripe española de 1918 tardó de tres a cuatro meses en abrirse paso por todo Estados Unidos. El SARS se trasladó de China a Canadá en aproximadamente una semana”.

Además de la rápida propagación de la infección debido a la globalización, estas pandemias/epidemias del siglo XXI revelan una gran diferencia en el nivel de contagio de los virus, agregó McCormick.

Photo by Dwight C. Andrews/The University of Texas Medical School at Houston Office of Communications
Charles D. Ericsson, MD

Las epidemias del SARS y el Ébola fueron más fáciles de contener porque los síntomas eran mucho más obvios. Con el coronavirus, las personas sin síntomas pueden transmitir la enfermedad a otras”, dijo McCormick, y agregó que el SARS y el Ébola se restringieron a determinadas regiones.

El Dr. Charles Ericsson, quien atiende pacientes en la clínica de enfermedades infecciosas de UT Physicians, Texas Medical Center (TMC) y es profesor de enfermedades infecciosas con el título Dr. and Mrs. Carl V. Vartian Professor in Infectious Diseases en McGovern Medical School, afirmó que las lecciones aprendidas de la pandemia de la H1N1 incluyen la importancia de la flexibilidad y la acumulación de reservas de insumos médicos.

Ericsson explicó que cuando la H1N1 comenzó a hacerse resistente a un medicamento, los médicos pudieron cambiar a otro. La pandemia de la H1N1 también demostró cómo la acumulación de reservas de insumos médicos con anticipación puede reducir los problemas en la cadena de suministros.

La información adquirida a partir de estas y otras epidemias se incorporó a los planes de respuesta a la pandemia desarrollados por Ostrosky, quien también atiende a pacientes en la clínica de enfermedades infecciosas de UT Physicians, TMC.

Los componentes clave de los planes de respuesta a la pandemia incluyen:

  • Primer sistema de alerta: “Monitoreo a la Organización Mundial de la Salud y los principales medios de comunicación para ayudar a desarrollar una evaluación del riesgo. A continuación, actualizo el plan de respuesta a la pandemia para abordar el problema en particular”, expresó Ostrosky, quien también diseña planes de contingencia. “Además, intento identificar déficits en la preparación”.
  • Sistema de detección de pacientes: para ayudar a los proveedores de atención a identificar pacientes con COVID-19, se comunican rápidamente descripciones detalladas de los síntomas de la enfermedad del coronavirus en publicaciones sobre detección de pacientes para los diferentes consultorios y hospitales afiliados.
  • Identificación de vías de transmisión de la infección: debido a que la COVID-19 es un virus altamente contagioso que se transmite por el aire y que con una simple tos propaga muchas gotitas, es fundamental para los proveedores de atención contar con el equipo de protección personal adecuado y específico para la situación.
  • Abordaje como sistema: todos los componentes de una organización, que abarca mucho más que médicos y personal de enfermería, e incluye administradores y personal de apoyo, cumplen una función en la respuesta.
  • Simulacros: los ejercicios de simulacro mantienen la rapidez mental en los proveedores de atención y, a menudo, incluyen situaciones basadas en epidemias anteriores.
  • Comunicación: debido a que los avances en la prevención, el diagnóstico y el tratamiento del coronavirus están cambiando rápidamente, es importante mantener informadas a todas las partes, tanto internas como externas, de las últimas novedades.

“Cada pandemia enfrenta a los proveedores de atención a desafíos únicos”, afirmó Ostrosky, profesor de medicina y epidemiología y vicepresidente de Healthcare Quality en UTHealth.

Los proveedores de atención en UT Physicians y UTHealth School of Public Health también están trabajando en formas de tratar la enfermedad y ayudar a las personas en riesgo.

Los brotes virales son particularmente difíciles de frenar. Mientras que los médicos pueden combatir las bacterias con antibióticos, las opciones de tratamiento para los virus son mucho más limitadas.

Una forma efectiva de prevenir una infección viral es reforzar el sistema inmunitario natural del cuerpo a través de las vacunas. Los médicos logran esto exponiendo a un paciente a proteínas del virus, las cuales, a su vez, entrenan a las defensas naturales del paciente. Lamentablemente, las vacunas para la COVID-19 tardarán entre 12 y 18 meses en estar disponibles.

Otra vía de investigación y atención es el tratamiento médico. UTHealth está participando en un estudio nacional, en el que se usa el plasma donado por personas que han superado el coronavirus. La esperanza es que pueda usarse como tratamiento para ayudar a recuperarse de la enfermedad.

Los colegas de McCormick en UTHealth School of Public Health recientemente completaron un análisis de áreas en Texas donde los residentes tienen un mayor riesgo de infección. Estas son las áreas con niveles elevados de factores de riesgo como cardiopatía, antecedentes de accidente cerebrovascular, obesidad, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), asma, diabetes y nefropatía.

Las epidemias y las pandemias continuarán afectando la salud pública en las poblaciones. De cara al futuro, expresó Ostrosky, “necesitamos financiamiento para acortar el tiempo que se tarda en hacer una evaluación del tipo de epidemia. También necesitamos desarrollar pruebas para detectar la epidemia más rápido y contar con más equipos de protección posicionados con antelación”.

Para obtener más información y recursos sobre la COVID-19, visite el centro de información de UT Physicians.

As the clinical practice of McGovern Medical School at UTHealth Houston, UT Physicians has locations across the Greater Houston area to serve the community. To schedule an appointment, call 888-4UT-DOCS.