El embarazo puede ser un momento emocionante. Sin embargo, estar embarazada durante una pandemia lógicamente es un poco preocupante. Los expertos dicen que la información sobre el embarazo y la COVID-19 es mínima, pero eso no significa que sea una causa de inquietud importante.
“No tenemos datos contundentes con respecto a los efectos de la infección por coronavirus durante el embarazo, pero, según la información científica disponible, el riesgo de neumonía, insuficiencia respiratoria o sepsis en mujeres embarazadas es muy bajo”, dice el Dr. Sean Blackwell, MD, médico de medicina maternofetal en UT Physicians y presidente del Departamento de Obstetricia, Ginecología y Reproducción en la McGovern Medical School en UTHealth.
Para minimizar el riesgo de exposición, las mujeres embarazadas, deben aplicar las mismas precauciones que el resto de la gente, lo que incluye taparse al toser, evitar personas que parecen enfermas y mantener limpias las manos con agua y jabón o desinfectante con alcohol.
El distanciamiento social, mantenerse lejos de grupos grandes y evitar contacto con enfermos son pasos importantes. Las mujeres embarazadas deben evitar los hospitales, las clínicas de consultorios médicos e incluso el consultorio de su propio médico, a menos que sea una visita indispensable.
“Si una mujer embarazada desarrolla síntomas similares a los de la gripe, le rogamos que no se presente en el consultorio de su médico ni en el hospital. Debe llamar a sus proveedores de atención médica y obtener información e instrucciones por teléfono. Esto permitirá que el proveedor de atención médica obtenga información clave y clasifique la gravedad de la situación, para luego guiar al paciente para que haga el tratamiento en el hogar o que vaya al médico para una evaluación. La mayor parte del tiempo, será más seguro para una mujer embarazada recibir terapia de apoyo en el hogar. Ir a la clínica, al hospital o al consultorio innecesariamente puede aumentar los riesgos” dice Blackwell, que también es director del Larry C. Gilstrap, MD, Center for Perinatal and Women’s Health Research en UTHealth.
Si una mujer embarazada necesita asistir al consultorio de su médico para una evaluación, el personal de la oficina le dará una mascarilla, la aislar de otros pacientes y usará equipo de protección personal cuando la atiendan. Siguiendo estas precauciones, tanto el paciente como el trabajador de la salud están protegidos.
En el caso de las mujeres que pueden entrar en trabajo de parto durante este brote, puede estar tranquila de que las organizaciones de atención médica están tomando medidas adicionales para proteger a los pacientes, a los trabajadores de la salud y a sus familiares y amigos. Actualmente, la mayoría de los hospitales restringen la cantidad de invitados permitidos al parto para proteger a la madre, al bebé y a todos los demás.
Si bien aún existe poca evidencia de que la COVID-19 puede transmitirse de una mamá a un bebé, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) recomiendan la separación de la madre y del bebé hasta que se apruebe la condición de la madre.
Si una madre y el bebé se encuentran separados, el período de lactancia no está permitido. Sin embargo, la madre igualmente puede extraerse y guardar la leche materna. Aún existe información limitada acerca del virus y la leche materna, pero el riesgo general parece ser bajo.
Para obtener más información sobre el embarazo y la COVID-19, visite el sitio web de los CDC. Visite nuestro centro de información para obtener información y recursos extra sobre el virus.